Dime qué te falta y te diré qué tienes.

Incursos a veces en la tarea de ladrar todas las quejas posibles y abordar con paciencia el listado de las carencias que tanto nos cuesta colmar, omitimos indagar a nuestro alrededor aquello que ya hemos conseguido y a todas esas cosas que sí tenemos, reconocimiento éste que podría alentar todo estímulo hacia un nueva meta por alcanzar.
Afortunadamente siempre habrá objetivos pendientes y del intento por la consecución de aquellos penderá el hilo de nuestra propia movilidad, aunque conlleven al fracaso y su acompañante psicológico, el miedo, con quien tendremos que aprender a convivir anteponiéndole siempre nuestro deseo de salir adelante, de acercarnos a los desafíos con el tacto de la propia experiencia y con la mayor confianza hacia nuestra propia intuición e inspiración.

De manera que ese conjunto de faltas que nos rodea no es más que un signo de que afortunadamente todavía tenemos deseos pendientes, cosas por conseguir, sueños por realizar y que deberíamos estar realmente preocupados si no nos faltara nada, lo cual es, paradojalmente, un signo de que nos falta algo; quizás, el motor de todas las potenciales adquisiciones y sus antecesores deseos.

Luego la inseguridad cederá el terreno frente a todo temor con la fuerza que otorga lo emprendido y caminado, y el nuevo emprendimiento se asomará temeroso dejando nuevas huellas que enriquecerán nuestro camino de objetivos y faltas; enseñándonos nuevas formas de calmar nuestras ansiedades y de encontrar en la carencia el plano positivo de toda transición incómoda. Es a partir de la falta que se suceden las preguntas. Y es a partir de éstas que formulamos respuestas, cada uno a su tiempo, cada cual a su manera.

Y no importará tanto cuánto se ha conseguido, cómo qué actitud hemos aprendido a adoptar frente a todo objetivo. Porque al fin de cuentas, los emprendedores saben que alcanzar metas cada vez más exigentes y exitosas, dependerá de haber tallado auténticamente la obra que todos somos en el descubrimiento de nosotros mismos. Que tal vez tener mucho no sea algo que pueda medirse sino en cada uno, y que tal vez tener mucho signifique ser mucho lo que se es.

Por eso te diré todo lo que tienes si me dices que cada día sos más de lo que sos y querés ser.
Y te diré que lo tienes todo y que a la vez siempre te faltará algo, si aprendiste a disfrutar de tu enorme cosecha y todo lo que te falta aún sembrar.

Porque gracias a todo lo que nos falta, aún tenemos oportunidades de mostrar que nacimos para ser emprendedores, que no hay emprendimiento que nos detenga, y que siempre habrá algo por conseguir o conquistar.

fuente:emprendedoresnews.com