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05:33 min.
14/Sep/2010
Emprendedor Sublime

Gerencia y Tolerancia

Son muchos los casos en donde la gerencia se ve en conflictos no solamente con él mismo, sino con su equipo de trabajo por no saber manejar su tolerancia...

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Por un descuido de no identificarse con el alcance, las repercusiones que genera el desarrollo personal, muchos gerentes fracasan al no haber trabajado en pro de su tolerancia.

¿Se considera usted una persona tolerante? ¿Qué le impide serlo? ¿Qué efectos negativos le ha originado en su crecimiento, interrelaciones el no ser tolerante? ¿Por qué le cuesta mucho ser tolerante? , son preguntas necesarias que proporcionan información de lo que no está ocurriendo con respecto a la tolerancia.

Al respecto del tema, que por tolerancia se entiende de un modo casi inmediato un valor y una virtud que toda persona que forma parte de este nuevo mundo globalizado ha de desarrollar. En efecto, se afirma que la tolerancia es un valor esencial para la convivencia entre las personas humanas. Sin él la convivencia entre unos y otros sería imposible, puesto que en la naturaleza del ser humano reside la individualidad y unicidad constitutivas del ser personal, la cual de por sí acentúa las diferencias entre las personas.

Como todos somos diferentes se parte del supuesto que para poder vivir en comunidad debemos aprender a tolerar a los demás. Se sostiene que la tolerancia es una virtud encomiable. Quien es tolerante es una persona digna de respeto y admiración puesto que es capaz de aceptar a los demás y de esta forma se destaca por su capacidad gregaria.

Valoramos a quienes son capaces de salir de sí y de encontrase con otros, aun a pesar de sus diferencias. Creemos que la tolerancia es un valor que permite la convivencia, en especial en el plano ideológico, puesto que es importante para una sociedad aceptar la diversidad y convivir con todas las manifestaciones de la cultura. En especial en círculos de corte agnóstico aparece como una necesidad importante valorar el respeto por las ideas ajenas a toda tradición católica o cristiana, puesto que siempre aparece el riesgo inquisidor de las fuerzas ocultas de creyentes que manipulan y dominan el desarrollo de los pueblos para su beneficio personal. Ante la evidencia de un mundo cada vez más intercomunicado, en el cual podemos interactuar con otras personas de culturas completamente diversas y ajenas a nuestra tradición cristiana occidental, resulta evidentemente necesario resguardar la importancia de un principio como la tolerancia que efectivamente permita una convivencia armónica entre las personas.¿Es realmente un valor o una virtud? Interesante resulta apreciar la génesis del concepto de tolerancia.

Un concepto que surge de las guerras de tipo religioso que inundaron Europa, por ello se refiere a la convivencia pacífica que puede existir entre católicos y protestantes. A raíz de esto se puede considerar en diversos sentidos: Indulgencia respecto a otras doctrinas...Respeto a enunciados y prácticas políticas siempre que estén enmarcados en lo aceptable por la comunidad...

Comprensión frente a actitudes contrarias que permitan la convivencia entre los que conviven en una sociedad. La tolerancia se asocia a la resistencia que poseen ciertos materiales antes de alcanzar un límite que les destruya. En este sentido la tolerancia es capacidad de soportar, de aguantar una situación, credo, idea o a una persona distinta a nosotros. Es en definitiva, en términos de Maturana una negación a largo plazo. Tal origen hace cuestionar la valía de este principio. En la tradición aristotélica se entiende por virtud una disposición de la persona que lo haga tender hacia la perfección para la cual ha sido creada. En tal sentido la virtud se diferencia del vicio en términos que su aspiración constante es hacia la perfección. Toda virtud tiende a lo mejor. Sin embargo en el caso de la tolerancia esto no ocurre así. Este principio insiste en soportar lo negativo del otro, a soportar la carga que significa lo que nos desagrada del otro, tal como se aprecia en el contexto en que nace este concepto: la tolerancia religiosa consiste en estar con aquel infiel que no profesa la fe verdadera y que en tal sentido es pecaminosa y contaminante para mí. Sin embargo, esta postura me hace cuestionar la validez de una actitud así. ¿Desde qué perspectiva se asume que alguna conducta, idea o creencia es negativa? ¿Son mis creencias, mis ideologías, mi manera de ser un referente válido para establecerme como la norma de toda tolerancia? Aceptación del otro, no tolerancia de sus defectos. En el fondo el acto de la tolerancia posee todo lo contrario a la posibilidad de convivencia y de aceptación del otro. En el fondo, hay una negación a largo plazo.

Cuando tolero me convierto en la regla que establece lo correcto de lo inaceptable y al tolerar me convierto en la norma que determina desde mi percepción lo que se espera de mí o no. El ?tolerante? es quien se erige a si mismo como criterio de verdad, de corrección, de regulación de lo que debe ser aceptado o no. ¿Todo es tolerable? Hay límites establecidos para asegurar la convivencia entre las personas. Por ello no todo es tolerable. En el sentido correcto: no todo es aceptable, hay límites establecidos por los valores. Toda persona es digna de aceptación, sin embargo no todo acto es digno de ser aceptado. Si construyo mis relaciones con los otros desde la perspectiva de mi igualdad con los otros en términos de dignidad, ello no impide que no acepte acciones que atentan contra la dignidad elemental de toda persona. Mi propuesta es que los valores determinan y regulan el nivel de tolerancia que se debe poseer y en tal medida lo que efectivamente requerimos no es tolerancia, sino aceptación del otro. No necesitamos aceptar lo malo del otro, sino que aprender a convivir con el otro. Y para ello debemos bajar del podio que nos hemos erigido como guardianes de lo correcto e incorrecto, para apreciar que el otro se legitima ante nosotros pro lo que es y luego por lo que hace. De sus acciones determinaremos que conductas son aceptadas o no, pero partiendo de la base de valores estipulados en el consenso de la convivencia.

Valores para vivir

Lo cierto, que en el rol de la gerencia que está día a día sometido a estímulos, algunos complicados, que ponen a prueba su tolerancia, tanto en el ejercicio de sus funciones, como en las interrelaciones con su personal, debe demostrar un dominio de su carácter, conducta, seguridad, paciencia, de tal forma que no se manifieste la intolerancia y de paso a situaciones que afectan a todos. Es necesario estar atento en la manera como manejamos nuestras emociones de tal manera que permitan que nuestra tolerancia se encarne en nosotros, se manifieste y nos genere resultados que nos favorezcan.


fuente:articulosinformativos.com.mx
Fecha
14/Sep/2010
Etiquetas
Gerencia Tolerancia conflictos equipo de trabajo persona tolerante Valores para vivir
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