Lecciones aprendidas sobre motivación y crisis

Pocos son los que así la plantean y a medida que se prolonga en el tiempo, provoca por regla general preocupación por la propia situación, stress y resignación creciente, dando lugar a una generalización del victimismo.

¿Es posible motivar en momentos de crisis?
Puede decirse que también es posible motivar en tiempos de crisis. La transparencia, la canalización del conocimiento de la organización mediante cauces de participación, son formas de motivación, si bien precisan de una alineación de esfuerzos hacia un horizonte conocido y compartido en términos de objetivos y metas, como condición previa.
Conviene haber creado previamente un clima de confianza en la organización para afrontar la crisis. Esta circunstancia no se improvisa, al contrario, requiere de una consciente preparación previa y de un periodo de maduración para que sea efectiva.
Otro instrumento muy poderoso, es la formación y especialmente a través del fomento de la formación interna. Esta es una forma de crear el clima de confianza y participación necesarias para minimizar impactos negativos de la crisis.
Todo ello completado con una política de comunicación específica en tiempos de crisis.
La diferencia en la crisis es que se precisan de esfuerzos y recursos adicionales. La contratación de especialistas (gerentes de crisis), si bien tales perfiles no abundan y son normalmente costosos.
Para motivar a alguien, es condición indispensable que el motivador esté a su vez motivado, es por tanto requisito previo e indispensable para lograr mover al equipo.
La motivación es una tarea ardua que requiere de grandes esfuerzos, planificación, constancia y orientación a las personas. Sirva como ejemplo el que para el 30% de los ejecutivos, la motivación de los empleados es su trabajo más duro.