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04:01 min.
02/Abr/2012
Emprendedor Sublime

Los riesgos de la hiperespecialización.

Los principales errores a evitar y sus soluciones para que tu estrategia de especialización no sea un colador que comprometa la viabilidad de tu negocio.

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Vender un solo producto o servicio, en una única zona o a un determinado perfil de cliente es un arma de doble filo.
Esta estrategia, además de ser una fortaleza, encierra también algunos riesgos que conviene conocer.

1. El tiempo también pasa por las innovaciones. Moderniza.
Puede ocurrir que el negocio se estanque y quedes preso de un pasado exitoso, el desastre está más cerca de lo que crees. ¿La solución? Debes tener una actitud de innovación constante; tienes que estar investigando novedades dentro de tu campo, pero hay que hacerlo con criterio, la manera de lograr una especialización exitosa es que sea constante, hay que estar en evolución permanente y para ello es necesario tener una visión del contexto general.

2. Tu nicho de mercado se agota.
Centrarte en un solo producto o actividad, o sea, ser un hiperespecialista, supone renunciar a una amplia cuota de mercado, así que tu mayor enemigo lo genera tu fuente de negocio.
Antes de dar el salto, asegúrate que tu negocio no será flor de un día y que tiene garantizada la supervivencia, al menos potencial. Lo ideal es estar especializado, pero con características generalistas.

3. Precios desorbitados.
Ser el único que ofrece un producto no significa que puedas aprovecharte de ese monopolio y poner los precios por las nubes, sobre todo si tu producto no es una necesidad básica.
Busca referencias en empresas similares de otros países que puedan darte una pista para evitar esa tentación.

4. Desconfiar de las modas.
Si vas a optar por una hiperespecialización de producto, procura que no sea para satisfacer necesidades creadas por las modas: una vez pasen, tu futuro pende de un hilo.
Centrarte en desarrollar un producto perfecto no funciona si te olvidas de cómo es el comportamiento del cliente potencial, no concentres todos tus recursos en un producto nacido de una moda, a menos que quieras crecer tan rápido como luego puedas caer.

5. Escasez de profesionales especializados.
Ofrecer un producto o servicio muy especializado requiere contar con personal con una cualificación y habilidades muy específicas. Pero no sólo eso; una vez que los hayas convencido para que formen parte de tu equipo, tendrás que encargarte de que sigan recibiendo una formación acorde al futuro de la empresa.
Consejo: asegúrate de que existen escuelas de formación que garanticen la continuidad de tu plantilla y no está de más que tengas algún fichaje para sustituciones temporales o definitivas, ya que tu red de contactos personales es fundamental.

6. No saber vender una ‘idea difícil de vender’.
Si no sabes vender una idea, no puedes vivir de ella. No se trata sólo de que le digas qué ofreces, tendrás que esforzarte para explicar bien el concepto, crear una campaña a la altura de tu producto y asegurarte de que lo entiende. No improvises.

7. Problemas para encontrar el socio ideal.
La búsqueda de socios y aliados es más compleja cuando se trata de negocios extravagantes, son más difíciles de encontrar, pero es probable que ofrezcan mayor estabilidad, aunque sólo sea por el mérito de mantenerse fieles a una vocación peculiar. Restringe los foros de encuentros a los que acudas en función de la temática y echa mano de los contactos y redes especializadas., los contactos personales son para estas empresas más importantes que en las genéricas.

8. No perder de vista los cambios sociales y hábitos de consumo.
No sólo las modas, también los cambios sociales y de hábitos son factores que tendrás que tener en cuenta antes de dar el salto: no pierdas la visión estratégica y mira el largo plazo.
La orientación al mercado, atendiendo a la información que éste ofrece, y la adaptación a la misma permiten adoptar la óptica adecuada.

9. Falta de flexibilidad.
Estar demasiado especializado puede hacerte perder tu punto fuerte, la flexibilidad, y complicarte las adaptaciones que a veces requiere el mercado, como en el caso de la materia prima.
Hay que ser conscientes de la vulnerabilidad de cara al futuro y tener flexibilidad para utilizar el método más adecuado en cada momento.

10. Cuando los clientes tienen fecha de caducidad.
Si determinas tu negocio por condiciones biológicas o sociales del cliente potencial, asegúrate de su viabilidad a largo plazo.

11. No estar a la altura de un cliente que sabe lo que quiere.
Perder un cliente es perder un tesoro.
Más allá del producto, tendrás que contar con un personal muy formado.
La fidelización del cliente es importante, para ti será vital. No te permitas el lujo de rechazar o perder un cliente por sibarita que éste te parezca; el coste de perderlo es mayor que el de una tienda convencional. Otro riesgo es abandonar el servicio posventa.
Fecha
02/Abr/2012
Etiquetas
riesgos hiperepecializacion innovaciones mercado agota precios modasprofesionales especializados vender socio ideal cambios sociales flexibilidad fecha caducidadaltura cliente
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